Una niña de tres años logró salvarse de morir en el tiroteo masivo en Bondi Beach, Sidney, gracias a que una mujer desconocida la protegió de los disparos que ella sí recibió, según han contado a la prensa los padres de la pequeña Gigi, Wayne y Vanessa Miller, que la perdieron de vista cuando se produjeron los primeros disparos.
La pareja estaba el sábado en la playa australiana aprovechando que había juegos infantiles y pinta caras. Visitaban el lugar con sus tres hijos cuando sucedió el tiroteo. Se dispersaron y la madre llamó al teléfono del padre, preguntando si Gigi, la menor, de solo 3 años, estaba con él. Pero ante su negativa ambos se temieron lo peor.
"Fue entonces cuando me entró el pánico absoluto", dijo el padre a los medios de comunicación. La madre recordó haber visto a su hija "bailar un segundo y luego desapareció", empezaron a sonar las balas y solo podía gritar: '"¿Dónde está mi pequeña?". En ese momento un policía le sacó a rastras y le pidió que se tirara al suelo.
“Finalmente, parecieron horas, pero los disparos cesaron”, declaró a Sky News Australia el padre de familia. “Corrí… Le di Capri a Vanessa… Fui a buscar [a Gigi]… solo había sangre y cuerpos por todas partes”, ha relatado el padre.
Finalmente encontró a su hija protegida por una mujer en la playa.
Le salvó de morir
"Llevaba una falda rosa y vi a una mujer tumbada encima de ella; le habían disparado", declaró a Sky News Australia. Ella le dijo "tengo a tu hija, la he estado protegiendo". La pequeña Gigi estaba tumbada debajo de ella, "petrificada" y cubierta de sangre.
La mujer le dijo que la sangre no era de la pequeña y enseguida la señora fue trasladada al hospital mientras Gigi se reunía con sus padres.
“Había salvado la vida a mi hija y le dije que estaría en deuda con ella el resto de mi vida’”, declaró el padre a Sky News Australia.
Al menos 15 personas murieron y 40 resultaron heridas, con edades comprendidas entre los 10 y los 87 años.