El primer barómetro de la Fundación de Estudios Andaluces (Centra) publicado tras el escándalo sanitario mantiene al PP como primera fuerza en estimación de voto con el 40,2% de votos, por un 21,4% del PSOE de Montero, que sigue en caída
Sin cifras exactas y a 1.000 kilómetros de Andalucía: la “inmoralidad” de Moreno al dar los datos de afectadas por los cribados
El PP de Juan Manuel Moreno volvería a ser la primera fuerza de Andalucía si se celebrasen hoy las elecciones autonómicas, con el 40,2% del escrutinio, justo el doble de lo que obtiene su inmediato competidor, un PSOE que sigue cavando su suelo electoral (21,4%).
El último barómetro trimestral de 2025 de la Fundación de Estudios Andaluces (Centra), publicado este lunes, arroja la primera foto dija preelectoral tras el escándalo de los cribados de cáncer de mama, la mayor crisis política que ha zamarreado al Gobierno andaluz tras siete años en el poder.
Moreno se aleja de la mayoría absoluta, se deja casi tres puntos en intención de voto respecto al sondeo de septiembre, en beneficio del que parece su principal rival en los próximos comicios, previstos para la primavera de 2026: Vox capitaliza todo su desgaste y experimenta el mayor repunte de las últimas encuestas: un 4% más, con un 17,5% en intención de votos, sigue siendo tercera fuerza, pero apenas cuatro puntos por detrás de los socialistas.
Según el llamado CIS andaluz, el Partido Popular obtendría el 40,2% de los votos y entre 53 y 55 escaños [cota de la mayoría absoluta], frente a los 58 que logró en las autonómicas de junio de 2022. El PSOE andaluz de María Jesús Montero retrocede lo mismo que el PP (-2,7%) y escarba en su sótano electoral con un 21,4% de votos, entre 25 y 28 diputados, inferior a los 30 actuales, su cota electoral más baja en la historia.
La tercera fuerza en la Cámara sigue siendo Vox, con el 17,5% del escrutinio y una horquilla de 19 a 22 diputados, por encima de los 14 que ahora tiene. Y muy por debajo de estos tres partidos se sitúan las dos formaciones a la izquierda del PSOE (antaño aliadas):
Por Andalucía, la coalición de Izquierda Unida, Movimiento Sumar e Iniciativa del Pueblo Andaluz, que en este sondeo se presenta por primera vez con candidato -Antonio Maíllo, líder federal de IU- se mantiene con el 7,5% de votos (-0,2%), con 5 a 6 diputados (ahora tiene cinco, con la participación de Podemos). Adelante Andalucía, que carece de grupo parlamentario propio por falta de apoyos, se aferra a la Cámara con el 6,1% del escrutino, que le permitiría pasar de dos diputados a una horquilla de dos a tres.
El análisis por bloques ideológicos muestra la robustez de los conservadores frente a los progresistas. PP y Vox suman el 57,7% del electorado, entre 72 y 77 diputados de un Parlamento con 109 escaños; mientras que las tres fuerzas de izquierdas -PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía- aglutinan juntas menos votos de los que Moreno obtendría en solitario (37,7%).
En intención directa de voto, sin la “cocina” de los encuestadores, el PP andaluz obtiene el 23,8% de los votos, 5,2 puntos por delante del PSOE (18,6%). Vox quedaría en tercer lugar con el 12,9% del escrutinio; Por Andalucía con el 7,4% y Adelante Andalucía con el 6,8%. La variación respecto al recuerdo de voto, esto es, respecto a lo que votaron en las elecciones de 2022 es significativa sobre todo por el repunte que experimenta la ultraderecha, la que más sube, mientras que PP, PSOE y Por Andalucía caen.
La sanidad desbanca al paro como primer problema andaluz
La encuesta se realizó entre el 17 al 28 de noviembre, cuando el Gobierno de Moreno había superado la primera sacudida de la crisis de los cribados -con el cese de la consejera de Salud- y los casos de corrupción empezaban a acumulársele al PSOE, con su exsecretario de Organización, Santos Cerdán, en prisión.
El sondeo es anterior al caso Salazar y otras denuncias de acoso sexual y abusos contra dirigentes socialistas, el mayor golpe que ha recibido el partido de Pedro Sánchez, y el más crítico en términos de intención de voto, puesto que la brecha de género es prácticamente el único dado favorable para el PSOE en las encuestas (más fidelidad del voto femenino que masculino).
El principal desgaste de Moreno, en esta recta final de la legislatura hasta las elecciones, viene del malestar de la ciudadanía por el deterioro de la sanidad pública. La demora para lograr cita médica, para ver a un especialista, para una prueba de diagnóstico o para operarse -más la crisis específica de los cribados de cáncer- ha colocado, por primera vez en la historia, a la sanidad como el principal problema de los andaluces (22,3%), por delante del paro (13,1%), que ha sido el daño estructural de esta región durante décadas.
El sanidad, el paro y la dificultad de acceso a la vivienda encabezan los problemas de Andalucía, seguido de la corrupción e insatisfacción con la política y la inmigración ilegal (6,1%).
Los datos cualitativos de la encuesta muestran un deterioro de la imagen del Gobierno y del presidente Moreno. El PP sigue siendo la primera respuesta a la pregunta de qué partido político puede dar una mejor respuesta a los problemas de Andalucía (17,5%), por delante del PSOE (15,5%) y Vox (14,7%).
Pero cuando se le repregunta a los encuestados qué partido solucionaría mejor sus problemas personales, el PP cae como tercera opción, por detrás de Vox (15,9%) y el PSOE (14,7%). El partido de María Jesús Montero, pese a los malos resultados que presenta en intención de votos, se erige como la formación que más simpatía despierta entre los andaluces (18,8%) por celante del PP (17,7%) y Vox (15,1%).
A pocos meses para las elecciones, el porcentaje de andaluces que considera que la situación política de esta comunidad es “mala o muy mala” (64,6%) dobla a los que piensan que es buena o muy buena (28,6%). El 38,1% cree que está “peor” que hace un año, frente al 6,7% que ve la situación “mejor”.
Son más los entrevistados que responden que la situación política de Andalucía es “negativa” (62,7%) que quienes la ven positiva (33%), una brecha que es aún más grande cuando se les pregunta por España: 80,9% negativo; 16,9% positivo.
La gestión tanto del Gobierno andaluz como la de propio presidente Moreno suspende con rotundidad: cuando se le pregunta a los encuestados por los últimos tres años de gestión de la Junta, el 56,8% la considera “mala o muy mala” frente al 26,5% la ve “buena o muy buena”.
Respecto a moreno, el 55,8% califica de “mala” su presidencia y el 41,2% de “buena”. Aun así, el líder popular sigue siendo el favorito para gobernar Andalucía con el 35,1% de apoyos, muy por encima de Montero (19,4%), el portavoz y candidato de Adelante, José Ignacio García (7,1%) y el portavoz de Vox, Manuel Gavira (4,4%).
