Sánchez trata de amarrar el apoyo de los socios y confía en que cumplir con Junts abra una "ventana de oportunidad"

Escrito el 15/12/2025
Irene Castro

El presidente del Gobierno ha adelantado que la próxima portavoz en sustitución de Pilar Alegría, candidata en Aragón, será una mujer, pero no ha dado nombres

Sánchez reconoce que el PSOE no es “infalible” ante el acoso y se reafirma en agotar el mandato

Alejar el fantasma de un adelanto electoral, capear el temporal y aguantar hasta el final del mandato en 2027. Y presentarse a la reelección después. Es la determinación que tiene Pedro Sánchez y que expuso este lunes en la rueda de prensa de balance del curso político y, posteriormente, en los corrillos de la recepción de las fiestas navideñas en Moncloa. A ese encuentro llegaba con el discurso aprendido y poco margen de error, aunque ha mostrado una mayor resignación en el tono hacia todo lo que atraviesa Gobierno: acumulación de casos de corrupción, denuncias de acoso de sus excolaboradores y enfado de los socios.

“Vamos a jugar todas las cartas”, ha dicho el presidente en una de esas conversaciones informales de las que se desprende que va a tratar de amarrar el apoyo de los socios de la coalición para lo que queda de legislatura. Y este lunes se ha topado, además del 'no' de Junts, con las advertencias del PNV y un toque de atención de ERC en forma de llamada de Oriol Junqueras, con quien Sánchez ha decidido verse por primera vez desde que es presidente. “Entiendo la incomodidad”, ha dicho sobre los nacionalistas vascos, que son su apoyo más confiable.

Sánchez es, no obstante, optimista respecto a la relación con sus socios. La previsión del Ejecutivo es presentar los Presupuestos en febrero de 2026 y el presidente confía en que “cumplir con la agenda de Junts puede abrir una ventana con ellos”. Sánchez ha pisado el acelerador para intentar saldar las cuentas pendientes con Junts después de que Carles Puigdemont decidiera romper con el Gobierno. A un paquete de iniciativas aprobado la semana pasada, el presidente se ha mostrado dispuesto a avanzar en esa dirección para intentar seducir a Junts.

La amnistía, el hito para seducir a Puigdemont

Así, en una rueda de prensa esta mañana ha reiterado su voluntad de publicar las balanzas fiscales con una “metodología pactada con Junts”. También ha anunciado que solicitarán en los próximos días que Catalunya y Euskadi sean miembros asociados en la Unesco y la Organización Mundial del Turismo. El presidente ha asegurado que tiene “la voluntad absoluta de lograr y cumplir con los acuerdos marcados”.

El presidente ha admitido que las relaciones con Junts están “rotas”, pero confía en recuperarlas poco a poco con el horizonte puesto en la primavera de 2026. “La amnistía va a ser el hito de 2026”, reconoce un ministro. La vuelta de Puigdemont, creen en Moncloa, puede marcar un punto de inflexión.

A pesar de los escándalos de corrupción y denuncias por acoso contra sus excolaboradores, a lo que se suma la elevación de la presión por parte de los socios de investidura, en los corrillos, en los que ha estado distendido para hablar de otros temas como sus recomendaciones en TikTok, Sánchez ha asegurado que está “en buena forma”. El presidente intenta desdramatizar la situación y seguir adelante hasta que acabe la legislatura.

Descarta la crisis de Gobierno que reclama Yolanda Díaz

Sánchez ha reiterado que está “muy cómodo con el Gobierno” ante la exigencia de la vicepresidenta y líder de Sumar, Yolanda Díaz, de que lleve a cabo una remodelación. El presidente sostiene que los cambios serán puntuales para sustituir a quienes tengan que salir para competir en elecciones autonómicas, como es el caso de la ministra de Educación, Pilar Alegría, candidata del PSOE en Aragón. En la charla en Moncloa ha adelantado que el relevo será una mujer, pero no ha dado nombres y dentro del gabinete actual las opciones son limitadas.

Aunque Sánchez no ha tenido malas palabras para el socio minoritario de la coalición, en el ala socialista del Ejecutivo hay malestar con la jugada de Díaz. “A lo mejor quiere cambiar ella a los ministros de su espacio político”, reflexionaba un ministro socialista.

Sánchez ha considerado que el Gobierno ha “contrastado” su capacidad en “múltiples crisis”, al ser preguntado por los casos de acoso en el PSOE o las actuaciones contra José Luis Ábalos, Santos Cerdán o la exmilitante socialista Leire Díez. El jefe del Ejecutivo asegura que, pese a todo, se encuentra “en muy buen momento de forma” y “con ganas de continuar” en Moncloa. Él cree contar con “un punto de madurez para ver las cosas con otra perspectiva” aunque “sin restar gravedad” a los casos que están aflorando en las últimas semanas. “Siento dolor y decepción”, ha reconocido, si bien ha insistido en su obligación de “actuar” contra quienes hayan cometido supuestas irregularidades. Con todo, Sánchez reitera que vive un “momento de solidez política” que, a su juicio, “contrasta” con el que viven los partidos de la oposición.

El presidente ha admitido “errores” en el combate de los casos de acoso que destapó elDiario.es y que ha atribuido a la falta de experiencia a la hora de aplicar el protocolo interno. “Ha habido falta de pericia por nuestra parte”, ha admitido. En todo caso, ha asegurado que “esto no tiene con una operación contra el Gobierno y el PSOE” frente a quienes en su equipo o en el partido sostienen que ha habido una operación para sacar a la luz las conductas machistas. De hecho, el presidente ha dicho que tiene el respaldo “de la organización en su conjunto”.

A las denuncias contra su exasesor Paco Salazar se han sumado otras contra el ya exsenador y miembro de la Ejecutiva Javier Izquierdo, que ha dimitido; el número dos del PSOE valenciano, Toni González; el presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé. Este último, que el líder del PSdeG admitió conocer desde octubre ha provocado una implosión en la federación, aunque Sánchez ha dicho que no tiene “noticias de que se le esté cuestionando”.

A las puertas de cogerse unos días de descanso en los que el Gobierno confía en coger aire, Sánchez también ha tratado de disipar la idea de fin de ciclo que han empezado a vislumbrar incluso dirigentes socialistas. “No estoy cansado, lo contrario y tengo ganas de culminar una década”, ha expresado el presidente, que ve al Gobierno preparado “a prueba de bombas”: “No va conmigo no afrontar los problemas.