El crimen primordial que puso a Hollywood de los nervios fue el de «Fatty» Arbuckle en el legendario «Wild Party». El gordo del cine mudo fue acusado de violar y asesinar a una flapper llamada Virginia Rappe. La autopsia descubrió que había sido forzada con una botella de Coca-Cola, de ahí que se hablara de la orgía de la «botella party». Después de tres juicios, Fatty, arruinado, fue declarado inocente. La «Época Púrpura», los locos años 20 en Tinseltown, fueron de grandes escándalos, fiestas salvajes y estrellas de cine enganchadas a la coca, «la droga de la alegría», a la heroína y al sexo con Lolitas. Motivo de muerte y violencia fue la afición perversa de los astros por acostarse con menores que buscaban un papel en una peli o casarse con un actor famoso y pedirle una fortuna con el divorcio.
Tanto el director de «Intolerancia» (1916) D. W. Griffith como Chaplin tuvieron numerosos problemas legales por su afición a las menores. Un menor fue el causante de la muerte del director alemán F. W. Murnau al estrellarse su Rolls, que conducía su criado filipino de 14 años García Stevenson, mientras el director de «Nosferatu» le hacía una felación. Una curva mal tomada y en un ¡ay! se estrellaron contra un árbol: Murnau con fractura de cráneo murió a los días.
En cuanto a Chaplin, los escándalos de su vida amorosa culminaría con la muerte del director Thomas H. Ince. El magnate Hearst sospechaba que Chaplin tenía un romance con su amante, la actriz Marion Davis. Para celebrar el 44 cumpleaños del director pionero del cine de vaqueros Thomas H. Ince, Hearst invitó a una serie de personalidades de Hollywood a su megayate «Oneida». Un chivato le susurró a Hearst donde se escondían los amantes a bordo y descubrió a Marion faenando con Chaplin. Hecho una furia le disparó a Chaplin, pero cente la confusión y los gritos, el tiro le dio en la cabeza al director Thomas Ince, dejándolo seco. Todo se trabucó para que pareciera un accidente.
Jane Harlow fue la creadora de la auténtica rubia platino se casó con Paul Berg, pero el matrimonio apenas duró dos meses. La noche de bodas, Jean Harlow llamo a su manager aterrorizada: Berg la había dejado la espalda llena de moretones. Acudieron a su casa y lo encontraron desnudo. Tenía el sexo de un niño. Jean lo zarandeaba diciéndole: «No eres más que un maricón despeinado». Dos meses después de su boda se suicidó, pero se especuló con un asesinato de un mafioso, amigo del padrastro de Harlow, al enterarse que había intentado penetrar a la estrella con un dildo gigantesco. Parece que la MGM manipuló la escena del crimen para que pareciera un suicidio.
Un Óscar sangriento
Una de la más sangrienta involucra a una gran estrella y su hija en el asesinato del gánster Joe Stompanato, amante de Lana Turner, acuchillado por Cheryl Crane al ver al gánster maltratando a su madre. Cheryl era una niña conflictiva que había denunciado a su padrastro Lex Baxter por violarla continuadamente y Lana Turner sabía que Joe Stompanato era un mafioso, pero sentía una profunda atracción, «quizá algo enfermo dentro de mi», por el juego violento. La noche siguiente a la obtención del Óscar por «Vidas borrascosas» (1957) se enzarzaron en una violenta pelea y Lana, ante la furia desatada del gánster, le exigió que abandonara su residencia de Beverly Hill. Su hija Cheryl Crane, al oír los gritos de su madre, entró en el dormitorio y lo apuñaló con un cuchillo de cocina.
Menos sonado pero más sórdido fue la muerte del mito de la virilidad Ramón Novarro. Aunque en el atestado policial se afirma que el primer «Ben Hur» (1925) murió ahogado, después de molerlo a palos dos chaperos, al tragarse su sangre. Kenneth Anger afirma en «Hollywood Babylon» que Ramón Novarro murió rematado por el falo art-dèco que le había regalado Valentino.
El más terrible de los crímenes fue el perpetrado por la banda de Charlie Manson, que acuchillaron a la actriz Sharon Tate, embarazada del director Roman Polanski, y a unos amigos en un ritual satánico de pega.
