El mito de la hípica brasileña cumple 90 años

Escrito el 16/12/2025
marianoruiz

Neco Pessoa, jinete, entrenador y padre del campeón olímpico Rodrigo Pessoa, es una referencia en la disciplina del Salto de Obstáculos en el planeta ecuestre

Nelson Pessoa Filho, Neco Pessoa (16-12-1935, Río de Janeiro), ha cumplido 90 años convertido en una leyenda viva del Salto de Obstáculos. Su nombre está ligado a la historia de la equitación moderna no sólo por su palmarés, sino por una forma de entender al caballo que ha marcado a generaciones.

Pessoa comenzó a destacar muy joven como jinete junior. Su primera victoria internacional llegó en Mar del Plata (Argentina) y fue la confirmación de que se trataba de un talento fuera de lo común. Con 14 años, su padre tomó una decisión clave: enviarlo a Chile para aprender de los jinetes locales, entonces reconocidos por su estilo, aunque muy distinto del enfoque técnico actual. Aquella experiencia formativa fue determinante en su manera de montar y de observar al caballo.

Su debut olímpico llegó con 20 años en los Juegos de Estocolmo 1956 y ese mismo año formó parte del equipo brasileño que ganó la Copa de las Naciones en Aachen, una de las pruebas más prestigiosas del calendario internacional. En 1961 se trasladó a Europa para convertirse en profesional y abrió un camino que luego seguirían muchos jinetes brasileños.

Neco Pessoa compitió en cinco Juegos Olímpicos: 1956, 1964, 1968, 1992 y 1996. Con una quinta plaza en Tokio 1964 como su mejor resultado. Ganó cuatro medallas en los Juegos Panamericanos, tres de oro por equipos y una plata individual, y acumuló más de 150 victorias en Grandes Premios en Europa, además de más de 100 triunfos en pruebas de "puissance" (obstáculos verticales). Su nombre quedó grabado en la historia de los grandes derbis, con siete victorias en Hamburgo y tres en Hickstead, además del título de Campeón de Europa en 1966 en Lucerna con su inolvidable "Gran Geste".

Es su capacidad casi intuitiva para entender al caballo lo que le valió el apodo de "El Mago". En el Gran Premio de Aachen de 1972 montando a "Nagir" fue el único binomio capaz de firmar un doble recorrido sin faltas en una prueba de enorme dificultad. La prensa francesa lo bautizó entonces como "Le Sorcier", un apodo que lo acompañaría para siempre.

Su filosofía siempre fue clara y firme. "Al caballo hay que hablarle en caballo", era su principio fundamental. Defendía un cuidado integral del animal, desde los dientes hasta los pies, insistiendo en la importancia de un buen herrador, un buen veterinario y, sobre todo, en dar a los caballos tiempo de descanso y vida en el campo. Para Neco, un caballo atleta que no puede pastar no es un caballo completo.

También muy crítico con la presión sobre los caballos jóvenes. Creía que entre los cuatro y los siete años debían dedicarse a la educación, no a ganar. Repetía que cada salto que da un caballo es uno menos en su carrera y que saltar poco de joven alarga su vida deportiva. Su dominio del trabajo de Doma, al que dedicaba la mayor parte del entrenamiento, era la base de todo su sistema.

Tras sufrir un infarto en 1995, lejos de retirarse, inició una nueva etapa como entrenador. En 1996 entrenó al equipo brasileño que logró el bronce olímpico en Atlanta y luego fue seleccionador del equipo australiano de concurso completo en Tokio 2021. Incluso regresó a la competición tras su problema cardíaco, ganando el Derby de Hickstead en 1996 montando a "Vivaldi", bajo estricta supervisión médica.

Su legado también es empresarial y formativo. Fundó la marca Pessoa, importó y desarrolló caballos sudamericanos en Europa y creó la Academia Ecuestre en Haras du Ligny, en Bélgica. Pero su mayor orgullo ha sido guiar la carrera de su hijo Rodrigo Pessoa, campeón olímpico y mundial, y ser reconocido como un buen hombre de caballos.