El reactor nuclear de Bill Gates podría tener problemas de seguridad: obtuvo permiso demasiado rápido

Escrito el 14/12/2025
Jesús Quesada

La inteligencia artificial está cambiando el mundo a un ritmo muy acelerado. Desde el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022, millones de personas en todo el planeta han implementado esta tecnología en su día a día para realizar tareas de lo más diversas: desde ayudarles a redactar un correo electrónico hasta crear ilustraciones para sus proyectos artísticos, pasando por generar código para sus programas informáticos o analizar grandes cantidades de datos. No por nada se la considera una navaja suiza digital debido a todos los usos que ofrece.

En los tres años que esta lleva estando al alcance del público general, se estima que más de 1.200 millones de personas han utilizado herramientas de inteligencia artificial. Una cifra que por sí sola puede no decirnos mucho, pero que significa que esta tecnología ha superado el ritmo de adopción de Internet, el ordenador personal o los teléfonos móviles inteligentes. Así lo confirma el informe AI Diffusion Report, publicado por el Microsoft AI Economy Institute.

Muchos de los usuarios que utilizan la inteligencia artificial a diario lo hacen sin pagar. Solo si se necesita ampliar los límites o acceder a funciones avanzadas se tiende a inscribirse en alguno de los planes de suscripción. Pero que la IA sea «gratuita» para las personas no significa que lo sea para las empresas. Consume muchísimos recursos, sobre todo electricidad. Lo que ha llevado a gigantes tecnológicos invertir en energía nuclear y empresas como TerraPower, respaldada por Bill Gates.

La revisión estaba prevista para agosto de 2026; se ha adelantado nueve meses

TerraPower es una empresa estadounidense fundada en 2006 por Bill Gates y con sede en Bellevue (Washington) dedicada principalmente a diseñar y desarrollar reactores nucleares avanzados y soluciones de energía limpia y segura. Uno de sus principales proyectos es el Natrium, un reactor refrigerado por sodio con almacenamiento de energía, además de haber trabajado en otros conceptos como el reactor de onda viajera (TWR), cuyo objetivo es mejorar la eficiencia del combustible y reducir los residuos nucleares.

La misión de TerraPower es producir electricidad segura, abundante y con baja emisión de carbono, para ayudar a satisfacer la creciente demanda energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Desde que existe la IA, la demanda energética se ha multiplicado, ya que el entrenamiento de los modelos y los centros de procesamiento de datos consumen muchísima electricidad, y la red convencional no da abasto para suministrarla.

Actualmente, TerraPower está construyendo su primer reactor Natrium en Kemmerer (Wyoming). El problema es que varios científicos estadounidenses han alertado sobre la aprobación acelerada de seguridad para la construcción del reactor nuclear rápido experimental refrigerado por sodio, valorado en 10 mil millones de dólares y capaz de producir 345 megavatios.

La Unión de Científicos Preocupados afirmó que la revisión de la solicitud de permiso de construcción, presentada en marzo de 2024, estaba prevista inicialmente para agosto de 2026. Sin embargo, se ha adelantado bastantes meses. Al parecer, debido a la presión política tanto del Congreso como de la Casa Blanca, el personal de la NRC (Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos) redujo su revisión y emitió una evaluación de seguridad nueve meses antes.

De este modo, se cumplió con el plazo de revisión de 18 meses establecido por la Orden Ejecutiva 14300 del presidente Donald Trump, como informó la Unión de Científicos Preocupados. el Dr. Edwin Lyman, director de seguridad nuclear de la Unión de Científicos Preocupados, alegó lo siguiente:

“La prisa de la NRC por completar la evaluación de seguridad de la planta Kemmerer para cumplir con el cronograma imprudentemente abreviado dictado por el presidente Trump representa un abandono total de su obligación de proteger la salud pública, la seguridad y el medio ambiente de accidentes catastróficos en centrales nucleares o ataques terroristas”.

El científico añadió: “la única manera en que el personal pudiera finalizar su revisión en un plazo tan breve era ocultando graves problemas de seguridad no resueltos o aplazando su consideración hasta que TerraPower solicite una licencia de operación, momento en el que podría ser demasiado tarde para corregir cualquier problema. No se equivoquen, este tipo de reactor presenta importantes deficiencias de seguridad en comparación con los reactores nucleares convencionales que componen la flota operativa”.

Lyman asegura que el refrigerante de sodio líquido de la central puede incendiarse y que el reactor tiene inestabilidades inherentes que podrían llevar a un aumento rápido e incontrolado de la potencia, causando daños al combustible nuclear caliente y altamente radiactivo del reactor. La evaluación de la NRC ha concluido que no hay aspectos de seguridad que impidan emitir el permiso de construcción.

El Dr. Edwin Lyman también comenta que el personal de la NRC ha aprobado un diseño que carece de una estructura de contención física para reducir la liberación de materiales radiactivos al exterior en caso de fusión del núcleo. La compañía TerraPower asegura que su propuesta cuenta con una denominada contención “funcional” que elimina la necesidad de una estructura de contención real.