A prisión uno de los encargados del narcolocal de Leganés tras robar 400 euros y dos décimos de Lotería a punta de navaja

Suma y sigue la delincuencia en torno al narcolocal de Leganés, donde las peleas y el trapicheo de droga hace tiempo que traen de cabeza al vecindario más cercano. El último de los incidentes se ha saldado con el arresto de un varón marroquí de 38 años, después de atracar a otro hombre a punta de navaja en las inmediaciones y tratar de esconderse en el citado espacio. Tras ser engrilletado por la Policía Nacional, el juez ha ordenado su inmediato ingreso en prisión. Los hechos tuvieron lugar el pasado jueves, cuando este individuo asaltó a su víctima en el cruce de la calle de San Andrés con el parque Pablo Picasso, a menos de 100 metros del local de marras. Hasta allí se dirigió después de arrebatarle dos décimos de lotería y más de 400 euros de una mochila tipo bandolera, sin saber que la rápida intervención de los agentes de las brigadas locales de Seguridad Ciudadana y Policía Judicial abortaría su improvisado plan de fuga. Por todo ello, fue detenido como presunto autor de un delito de robo con violencia e intimidación, en el que llegó a arrinconar contra una pared al afectado al tiempo que le amenazaba con el arma blanca. Se da la circunstancia de que el delincuente es un viejo conocido de los agentes, y también de los residentes de esta zona del barrio de Los Santos, castigada en los últimos meses por una espiral de hechos violentos. En septiembre, el cabecilla del narcolocal, Asraf, fue gravemente apuñalado y al día siguiente de aquello cuatro personas resultaron detenidas por forzar la puerta con una radial. Una vez recuperado de sus heridas, por las que llegó a ingresar en el hospital 12 de Octubre en estado muy grave, este marroquí de 29 años fue arrestado solo dos meses después por un presunto delito de agresión sexual contra una joven, venezolana de 22 años, quien tuvo que salir a la calle desnuda para pedir auxilio. Los agentes accedieron entonces al punto de venta y comprobaron que la ropa y otros efectos personales de la mujer estaban dentro, lo que unido al testimonio incongruente del señalado, provocó que saliera de allí finalmente esposado. Una situación que ahora se repite con otro de los suyos.